miércoles, 30 de abril de 2014

Ecología, medio ambiente, fiscalía

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Escribe Juan José Álvarez Sauri.- El Ministerio Público fue creado para actuar como un poder moral de la Nación, y con una vena jurídica de legalidad, de dignidad, de nobleza. Sin embargo, con el correr de los años se ha convertido en una institución de burócratas que está perdiendo el respeto ciudadano. Destino fatal de nuestras instituciones tutelares.
En Pucallpa se realizó el IV Congreso Nacional de la Fiscalía Medio Ambiental, la temática central: el Medio Ambiente y sus implicancias en la sociedad actual. La doctrina que involucra a los fiscales dice: “los luchadores constantes por el Derecho”.
El discurso central fue por el doctor José Antonio Peláez Bazán, Fiscal de la Nación, que ofreció una visión ingenua y desconectada con la realidad, en especial, de nuestra región. El clamor general es defender y preservar nuestros recursos naturales y la prensa reclama la honestidad de los fiscales para defender los intereses nacionales.
En Ucayali la problemática medio ambiental pasa por combatir la contaminación ambiental, la tala ilegal, el tráfico de especies maderables finas y depredadas, etc. Este triste panorama se asocia a otros problemas ambientales, de los que nadie se ocupa porque se impone el dinero, la prepotencia, el desafío a la Ley.
Pucallpa y distritos se debaten en el peor desorden ambiental. Los ruidos molestos y dañinos están por todos lados con el consentimiento de las municipalidades, por unos miserables soles. Las cantinas bulliciosas y prostíbulos, proliferan sin que accione ninguna autoridad. Los aserraderos y re aserraderos -legales o clandestinos-, gozan de impunidad.
La contaminación por ruidos, por hollín del carbón, por las chancherías, por las ratas, por las basuras orgánicas e inorgánicas, etc., configuran un drama social y político. Hay un desgobierno ambiental y ecológico que afecta al futuro de la capital regional.
En este caso hay responsables. El Goreu, las municipalidades, salud, policía ambiental, educación. Pero, la mayor culpabilidad recae en el Ministerio Público, que es el encargado de velar por el cumplimiento de las leyes ambientales y sancionar a los responsables por indiferencia o incapacidad.
En Pucallpa revive el decir de la época colonial: “La ley se acata pero no se cumple”. Esa mentalidad tan peruana nos hace daño. Hay hipocresía y farsa con este asunto del Medio Ambiente. Nos rasgamos las vestiduras porque el sistema educativo es un desastre.
Estamos en el último lugar en materias como comprensión lectora y matemáticas y otras. Pero nadie se ha puesto a pensar como un niño o joven puede estudiar y hacer sus tareas con concentración y preocupación si en el sector vecinos irresponsables e ignorantes ponen a todo volumen sus equipos de sonido. Es la típica mentalidad de la gente que viene del monte, además, de la falta del respeto a las leyes u ordenanzas municipales, las que deben señalar fuertes multas y hasta detención por atentar contra la salud pública.
El sector salud no alerta al Ministerio Público de lo que está sucediendo con la gente de la periferia y más pobre. Salvo que desconozcan que estamos inmersos en graves enfermedades que llevan hasta la muerte. Hay aumento de personas enfermas de sordera crónica, con leptospirosis, con terigium, con micosis profundas, con neumoconiosis, con cisticercosis, con asma y alergias, etc. Estas patologías son consecuencia del abandono de la higiene pública y la salud preventiva.
La Fiscalía del Medio Ambiente tiene mucho trabajo por delante, pero antes debe estudiar y prepararse con tecnicidad e inteligencia y alta especialización. Lo que espera el pueblo es que se enfrente con decisión y coraje contra todos aquellos que no respetan la legalidad y abusan prepotentemente de los débiles. S.m.p.u.o.
Fuente: Juan José Álvarez Sauri

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